Editorial: Dos hipótesis sobre los dictámenes para licencia
Es inaudito que una gran cantidad de estos dictámenes se realicen sin que el médico tenga contacto alguno con la persona evaluada. Deben establecerse medidas de control efectivas y sanciones disciplinarias y penales para el gremio médico, de modo que se desincentive esta práctica
Costa Rica está inundada de requisitos que deben ser presentados para realizar una gran variedad de trámites gubernamentales: copia certificada de la cédula de identidad, certificación de estar al día con la CCSS, enteros que comprueban el pago de timbres, firma autentificada por notario público, entre muchos otros de similar naturaleza. Uno de esos requisitos es el contemplado por el artículo 84 de la Ley de Tránsito, el cual obliga a presentar un dictamen médico que garantice que se tiene la aptitud física y mental para poder obtener o renovar toda licencia de conducir; el requisito se exige también para homologar los permisos de conducir extranjeros.
De conformidad con la normativa elaborada por el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, dichas pruebas de aptitud psicofísica tienen por objeto dejar constancia de que no existe una enfermedad o deficiencia que pueda suponer incapacidad para conducir, tales como la capacidad visual y auditiva; afectaciones en el sistema locomotor, cardiovascular, renal, respiratorio, nervioso o muscular; trastornos hematológicos, de conducta, y aquellos relacionados con la adicción a drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o de bebidas alcohólicas; enfermedades metabólicas o endocrinas; problemas en las aptitudes perceptivo-motoras, o cualquier otra afección que pueda suponer una incapacidad para conducir o comprometer la seguridad vial.
Un artículo reciente de este medio revela que la elaboración de estos dictámenes le cuesta a la población un monto cercano a los ¢11.000 millones anuales. Pero lo inaudito es que una gran cantidad de esos dictámenes –por no decir que la mayoría– se realizan sin que el médico tenga ningún contacto físiconi realice una consulta virtual con la persona evaluada. Actualmente, dadas las múltiples opciones tecnológicas, los dictámenes se ofrecen en redes sociales o mediante aplicaciones como WhatsApp para ser entregados unos cuantos minutos después, pero, en el pasado, igualmente eran elaborados en papel por médicos autorizados sin que estos nunca examinaran al paciente. Es decir, se trata de un negocio en donde los conductores trasladan a los profesionales en Medicina una nada despreciable suma de dinero a cambio de lo que antes era un simple papel y ahora, un documento digital cualquiera.
Lo anterior nos lleva a dos posibles hipótesis. Por un lado, que se trata de un examen absolutamente innecesario, que no agrega ningún valor pese a su costo (de entre ¢15.000 y ¢22.000 por cada dictamen) y que existe únicamente para llenar los bolsillos de algunos profesionales en Medicina, en cuyo caso dicha carga debería derogarse de inmediato, por constituirse en un enriquecimiento sin causa amparado en una ley que perdería legitimidad. La segunda es que, aunque se trate de una prueba idónea e indispensable para garantizar la seguridad vial de la población, el sistema se ha corrompido tanto que, para el gremio y las autoridades, resulta indiferente poner en peligro las vidas de conductores y peatones al permitir que personas no aptas para manejar obtengan su licencia.
Si es esto último, lo procedente es revisar la validez del régimen vigente, así como los mecanismos de fiscalización existentes. Como dato relevante, es menester señalar que otras jurisdicciones exigen el dictamen médico únicamente cuando se trata de obtener una licencia de conducir de carácter comercial o profesional, en cuyo caso el examen se hace incluso periódicamente; en algunas otras, ese dictamen se limita a un examen de la vista o solo se exige cuando se obtiene la licencia por primera vez, si el chofer presenta condiciones de salud especiales, o a partir de cierta edad.
En todo caso, si la decisión fuese mantener el requisito de forma generalizada, la revisión no debería desembocar en cuellos de botella o atrasos adicionales en detrimento de los conductores, ni en descartar las ventajas que ofrecen los avances de la tecnología, sino en establecer medidas de control efectivas y sanciones disciplinarias y penales suficientemente graves para el gremio médico, de manera que no haya incentivo alguno para continuar con esta malsana práctica. Es una ocasión propicia para introducir mayor sensatez en este trámite.
De 22 lugares consultados sobre dictamen médico para licencia, 13 indicaron que el trámite es virtual y no se necesita una consulta presencial. Foto: Captura de pantalla
Análisis de opinión en cada editorial de La Nación, medio de referencia en Costa Rica, fundado en 1946.
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